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RAE CIBERCULTURA UNAD

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El RAE se convierte en una buena herramienta en el proceso de adquisición de conocimientos, ya que por medio de este, logramos obtener una mejor comprensión de las temáticas tratadas, y de cómo estas interactúan en nuestros movimientos sociales.

El uso de medios como la WebQuest nos permite tener un mayor acercamiento a los desarrollos tecnológicos actuales, a un conocimiento fiable en la red y a generar nuevos entornos de cooperación e interacción.

Es relevante la función de las TICS en nuestros días, y como estas a través del tiempo han venido modificándose y modificándonos; generando nuevos espacios de participación, que en ocasiones entran en conflicto con posturas tradicionalistas, pero que a su vez nos permiten estar en constante innovación y desarrollo.

Conceptualización del término cibercultura. (RAE de 2 documentos propuestos). 

Nombre y Apellidos del Autor: 

Alejandro Gonzalez Villalobos

Idioma: 

Español

Nivel Educativo: 

Grado Universitario

Area de Conocimiento: 

Educación para la ciudadanía

*Elaborar dos RAEs y  presentar el  resultado en una webquest. La web quest esta diseñada con los elementos característicos y es posible la navegabilidad en la misma. (20 / 500 puntos)

Introducción: 

Este trabajo está dirigido a la conceptualización del término cibercultura, por medio de 2 Lecturas propuestas para su posterior resumen analítico especializado (RAE). Proceso en el cual el Diseño una web quest toma relevancia para su publicación. Dichos artículos abarcan el termino cibercultura desde una postura de cambio social, la participación de América Latina (entre otros),y la relación e interacción de los movimientos sociales.

1. La conceptualización del término cibercultura. (Lectura de dos de los tres documentos propuestos y elaboración de un RAE por cada uno de ellos).
2. Diseñar una web quest en la que se publican los RAES.

RAE – 1

TÍTULO

Cibercultura: metáforas, prácticas sociales y colectivos en red

AUTOR

Rueda Ortiz, Rocío.

PUBLICACION

Revista Nómadas. Bogotá. Instituto de estudios sociales contemporáneos Universidad Central. Abril 2008. Nº 28. Pág. 8 – 20. 

UNIDAD PATROCINANTE

Universidad Central.

ACCESO AL DOCUMENTO:

http://ucentral.edu.co/sites/tienda/images/stories/iesco/revista_nomadas/28/nomadas_1_cibercultura.pdf

PALABRAS CLAVES

Cibercultura, estudios Ciberculturales, tecnologías de la información y la comunicación, capitalismo cognitivo, movimientos en red, estética.

DESCRIPCIÓN

El articulo trata el termino cibercultura desde una postura de cambio social, que funciona de mediador simbólico en las practicas e interacciones de los colectivos y las organizaciones que les rigen, y como en los últimos tiempos se ha dado una creciente  participación de América Latina (entre otros); abriendo la posibilidad de narrativas participativas donde los sujetos y colectivos juegan un papel crítico en el diseño de sistemas tecnológicos; resaltando en el proceso la problemática de desigualdad en cuanto a infraestructura técnico-tecnológica.

FUENTES

BLONDEAU, Oliver et al., 2004, Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva, Madrid, Traficantes de Sueños.

BERARDI, Franco, 2007, Generación Postalfa. Patologías e imaginarios en el semiocapitalismo, Buenos Aires, Tinta Limón.

BLONDEAU, Oliver, 2004, “Génesis y subversión del capitalismo informacional”, en: Oliver Blondeau et al., Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva, Madrid, Traficantes de Sueños.

BONILLA, Marcelo, 2001, “Las nuevas tecnologías de información y comunicación

(NTIC), herramientas de empoderamiento simbólico en América Latina”, en: Cuadernos de Iberoamérica, globalización y nuevas tecnologías: nuevos retos y nuevas reflexiones, Madrid, Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura.

BONILLA, Marcelo y Gilles Cliche (eds.), 2001, Internet y sociedad en América Latina y el Caribe, Quito, Flacso, disponible en: <http://www.flacso.org.ec/html/pub1. php?p_number=LB_0000044ç>, consultado en febrero de 2007.

BURBANO, A. y H. Barragán, 2002, Hipercubo/ok: arte, ciencia y tecnología en contextos próximos, Bogotá, Uniandes.

CASTELLS, M, 2001, La galaxia Internet, Barcelona, Plaza y Janés.

CASTRO-GÓMEZ, Santiago, 2005, La poscolonialidad explicada a los niños, Popayán, Universidad del Cauca/Universidad Javeriana. , y Eduardo Mendieta, 1998, Teorías sin disciplina. Latinoamericanismo, poscolonialidad y globalización en debate, México, Porrúa.

DYER-WHITEFORD, N., 2004, “Sobre la contestación al capitalismo cognitivo. Composición de clase en la industria de los video-juegos y de los juegos de ordenador”, en: Blondeau et al., Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva, Madrid, Traficantes de Sueños.

ESCOBAR, Arturo, 1999, El final del salvaje. Naturaleza, cultura y política en la antropología contemporánea, Bogotá, Cerec /Icanh.

 

CONTENIDO

En la cibercultura, además de sistemas materiales y simbólicos, están integrados agentes y prácticas culturales, interacciones y comunicaciones, colectivos, instituciones y sistemas organizativos, una multiplicidad de contenidos y representaciones simbólicas junto con valores, significados, interpretaciones, legitimaciones, etc.

Cibercultura y estudios Ciberculturales

Se puede hablar de tres estadios o generaciones de los estudios Ciberculturales. La cibercultura empieza a ser considerada como un espacio de empoderamiento, construcción, creatividad y comunidad en línea; en el tercer estadio, se expande esta noción hacia las interacciones, los discursos, el acceso y la brecha digital, el diseño de interfaces, y explora las intersecciones e interdependencias entre estos cuatro dominios.

En este estadio cada vez hay más aproximaciones inter y transdisciplinares de los estudios culturales, los estudios sociales de ciencia y tecnología, los estudios postfeministas y los estudios de la informática social. La producción académica inicialmente estuvo concentrada en los Estados Unidos y Europa, pero desde este tercer estadio hay una creciente  participación de Asia, África y América Latina; incluso investigaciones sobre los usos sociales (por fuera de la escuela) de las TIC, a través de los telecentros, los centros informáticos comunitarios, las redes comunitarias, los medios alternativos de comunicación, los cibercafés, etc.

En los años recientes se han estado abriendo la posibilidad de narrativas participativas donde los sujetos y colectivos juegan un papel crítico en el diseño de sistemas tecnológicos. Para América Latina, el problema de las desigualdades en el acceso a una infraestructura técnico-tecnológica es un asunto que sigue siendo importante.

Capitalismo contemporáneo, conocimientos y poderes

Como punto de partida, queremos sugerir aquí la necesidad de comprender la cibercultura en su estrecha relación con el actual capitalismo (tardío, cognitivo) para superar –o al menos atravesar críticamente– la neutralidad de los discursos hegemónicos sobre la sociedad de la información y el conocimiento y la “novedad” en la que tiende a inscribirse la actual transformación económica, cultural y tecnológica.

La cultura se ha integrado a los procesos de producción y valoración económica en las sociedades contemporáneas y es la fuerza vital del capitalismo actual; Para nosotros, existen dos problemas adicionales: el mantenimiento de las relaciones de poder entre el conocimiento válido de unos (científico-técnico) y el no-conocimiento o doxa de los otros (que deben ser disciplinados o excluidos, o incluidos segmentadamente), ahora mantenidas a través de nuevos mecanismos de producción de diferencias y exclusiones en tiempos de globalización. Y el dualismo mente/cuerpo que la enunciación capitalismo “cognitivo” produce.

Se trata, por una parte, de un discurso de doble moral en el que está bien codiciar los bienes de consumo, mientras se haga de la misma manera como se hace en los países capitalistas avanzados, vislumbrándose así, un augurio de legítima uniformidad, aunque ni los Estados ni las empresas de software están en condición de exigir a la población de estos países que adquiera siempre aplicaciones legales, ya que es prácticamente imposible dado el ingreso de un ciudadano promedio. De manera paradójica, en este movimiento dominante se revela la dependencia de actividades de código de fuente abierto (open source) para ajustar y crear nuevos diseños tecnológicos, tanto para controlar la circulación de información, como para diseminarla.

En suma, la actual forma de producción nos revela un contexto complejo y paradójico en el que perviven formas anteriores del capital y de gobierno en un escenario heterogéneo de intensidades y escalas locales y globales.

Cibercultura, prácticas, colectivos y movimientos sociales

Ahora existen nuevas formas de capital social y comunidades de sentido donde son otras las preocupaciones políticas y sensibles de las subjetividades sociales. Tal postura nos adentra en otra atmósfera social y cultural, donde las tecnologías por sí solas no producen transformaciones políticas sino que son las estructuras, las redes y las prácticas sociales en las que éstas se insertan las que otorgan un significado y configuran tendencias de uso e innovación social, de dominación o de cooperación.

Frente a esta relación entre movimientos sociales y TIC, se proponen dos aspectos nodales: el papel mediador de estas últimas en los procesos comunicativos y las profundas transformaciones de las dinámicas políticas de la sociedad. La popularización de Internet está provocando cambios de actitud en los movimientos, pues se ha comenzado a dar un lugar específico a la comunicación que antes no tenía democracia participativa. Los protagonistas de estas luchas ya no corresponden al dúo ciudadanía clase social, las luchas ya no son de las clases sociales, sino de grupos sociales, con contornos más o menos definidos en función de intereses colectivos, a veces muy localizados pero potencialmente universalizables.

El ciberespacio es efectivamente un campo de lucha donde la esfera pública (en ese borroso intersticio de lo privado-público que de allí está emergiendo, alberga infinidad de ilusiones e intereses y que su control se vuelve estratégico no sólo para el mercado, sino también para los colectivos y movimientos sociales que siguen invocando otras formas de vida, otros mundos múltiples.

Cibercultura y estética

Otras modalidades de experiencia social emergen a través de nuevas formas de socialidad y de acción a distancia, se trata de propuestas estéticas y políticas donde emergen nuevas metáforas, aproximaciones teóricas y prácticas sociales y culturales en el campo de los estudios Ciberculturales. Estas múltiples formas artísticas y culturales creadas copiando y mezclando, en los samplers y el mixing, muestran usos “transformadores” de los bienes informacionales, que inciden tanto en los contenidos por fuera de los originales como en los mercados en los que compiten.

La necesidad de inventarnos metáforas para la multiplicidad

Nos enfrentamos, de una manera desigual y heterogénea, a una tendencia creciente y dominante de generaciones cuya configuración emotiva y cognitiva deriva más de una exposición a la semiosis de máquinas de expresión y a su lenguaje visual y digital que a interacciones con el núcleo familiar, y esto, no se debe a los medios en sí mismos, sino a toda una reconfiguración de la ciudad y de los espacios urbanos y a las maneras como hoy los habitamos.

Asistimos pues a la reconfiguración de las relaciones entre cultura y economía, de las relaciones de poder y los conocimientos globales y locales y a la emergencia de subjetividades individuales y colectivas que se mueven entre las inequidades e injusticias estructurales de vieja data en nuestras sociedades y las seducciones del actual capitalismo y sus modos de capturar la fuerza y la vitalidad de nuestros cuerpos-mentes en aras del mercado y el consumo.

La cibercultura requiere pluralidad, una multiplicidad de abordajes críticos y de metáforas que nos permitan nombrar formas de vida en donde se hagan visibles los nuevos mecanismos de producción de poder (de dominación y de resistencia) a través de máquinas semióticas, pero también donde sea posible articular las potencias y las singularidades en una diversidad creativa.

 

METODOLOGÍA

Cualitativa

 

CONCLUSIONES

La brecha digital, que hoy en día constituye un índice para medir el desarrollo de los países, se convirtió en una preocupación oficial a mediados de los años noventa por el desequilibrio entre quienes tienen acceso a las TIC y quienes no lo tienen.

En el mundo se producen aproximadamente 50 toneladas de basura electrónica cada año, que son enviadas a los países más pobres.

La actual forma de producción nos revela un contexto complejo y paradójico en el que perviven formas anteriores del capital y de gobierno en un escenario heterogéneo de intensidades y escalas locales y globales.

Asistimos pues a la reconfiguración de las relaciones entre cultura y economía, de las relaciones de poder y los conocimientos globales y locales y a la emergencia de subjetividades individuales y colectivas que se mueven entre las inequidades e injusticias estructurales de vieja data en nuestras sociedades y las seducciones del actual capitalismo y sus modos de capturar la fuerza y la vitalidad de nuestros cuerpos-mentes en aras del mercado y el consumo.

La cibercultura requiere pluralidad, una multiplicidad de abordajes críticos y de metáforas que nos permitan nombrar formas de vida en donde se hagan visibles los nuevos mecanismos de producción de poder (de dominación y de resistencia) a través de máquinas semióticas, pero también donde sea posible articular las potencias y las singularidades en una diversidad creativa.

 

RAE ELABORADO POR:

Alejandro González Villalobos

24 de febrero de 2014

 

  

  

 

RAE - 2

 

TÍTULO

Movimientos sociales: TIC y prácticas políticas

AUTOR

Valderrama H, Carlos E.

PUBLICACION

Revista Nómadas. Bogotá. Instituto de estudios sociales contemporáneos Universidad Central. Abril 2008. Nº 28. Pág. 94-101.

ACCESO AL DOCUMENTO:

http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/iesco/nomadas/28/08-movimientos_sociales.pdf

PALABRAS CLAVES

Movimientos sociales, tecnologías de la información, redes sociales, prácticas políticas, esfera pública.

DESCRIPCIÓN

Este artículo destaca ciertas dimensiones de la relación entre los movimientos sociales con la constitución de una esfera pública cualitativamente diferente de la que hasta hace unas décadas existía en el espacio político de las sociedades modernas, configurando por medio de las TICS, la forma en que los colectivos adquieren dimensiones regionales, nacionales y globales. Permitiendo mayor organización ante la acción participativa por parte del tejido social en algunas prácticas políticas, que toman como referencia la constitución de redes y el uso de tecnologías de la información y la comunicación.

FUENTES

ARDÈVOL, E., 2002, Cibercultura/Cibercultures: La cultura d’Internet o l’anàlise cultural els usos socials d’Internet, en: Actas del “IX Congreso de antropología de la federación de asociaciones de antropología del Estado español”, Barcelona, tomado en noviembre de 2006 de <http://cv.uoc.edu/~grc0_000199_web/pagina_personal/ardevol.pdf>.

BECK, U., 1993, La invención de lo político, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

CASTELLS, M., 1999, La era de la información. Economía, sociedad y cultura, Vol. I, La sociedad red, México, Siglo XXI.

CASTELLS, M., 2001, La galaxia internet, Barcelona, Plaza y Janés.

CARNOY, M., 2000, Sustaining the New Economy, Nueva York, Russell Sage Foundation.

ESCOBAR, A., 1999, El final del salvaje. Naturaleza, cultura y política en la antropología contemporánea, Bogotá, Icanh/Cerec.

FINQUELIEVICH, S. (coord.), 2000, Ciudadanos a la red: los vínculos sociales en el ciberespacio, Buenos Aires, Ciccus/ La Crujía. , S. y G. Kisilevsky, 2005, “La sociedad civil en la era digital: organizaciones comunitarias y redes sociales sustentadas por TIC en Argentina”, documento de trabajo No. 41, Buenos Aires, Instituto Gino Germani / Universidad de Buenos Aires, disponible en: <http://www.iigg.fsoc.uba.ar/Publicaciones/DT/DT41.pdf>, consultado en enero de 2008.

GRILLO, O., 2007, “Políticas de identidad en Internet. Mapuexpress: imaginario activista y procesos de hibridación”, en: Razón y Palabra, No. 54, disponible en:<http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n54/index.html>, consultado en enero de 2008.

GUIDDENS, A., 1995., Modernidad e identidad del yo, Barcelona, Península.

HELD, D.; A. McGrew; D. Goldblatt y J. Perraton, 1999, Global Transformations, Cambridge, Polity Press.

 

CONTENIDOS

Abordar los movimientos sociales en el marco de la sociedad informacional, significa empezar a desenmarañar la intrincada y compleja red de interdependencias que resultan de entrecruzar dos cuestiones fundamentales: el papel mediador que las TIC (y los medios masivos de comunicación tradicionales) juegan en los procesos comunicativos –de diverso espesor y alcance–, y las profundas transformaciones de las dinámicas políticas de la sociedad, las cuales pasan por la crisis estructural de la legitimidad de las formas del ejercicio político tradicional y del correspondiente descentramiento de las prácticas políticas de los espacios institucionales también tradicionales.

Movimientos sociales, redes y esfera pública

Hemos venido presenciando en las últimas cuatro décadas una paulatina transformación tanto de las prácticas políticas de los movimientos sociales, como de las prácticas discursivas que sobre ellos ha elaborado la academia. No podemos negar que frente a un cierto agotamiento de la política tradicional y de los modos de organización interna clásica de los colectivos políticos, hoy estamos ante la presencia de unos movimientos sociales que exhiben en sus prácticas políticas una serie de rasgos que representan un quiebre con respecto a formas de saber hacer en el pasado. Y difícilmente podemos negar que hoy buena parte de este tejido y la acción de los sujetos en diferentes ámbitos se estructuren a partir de una organización en red, pues es una de las maneras como tanto desde el punto de vista organizativo como desde el punto de vista comunicativo como funcionan la mayoría de estos movimientos.

A partir de la configuración de nodos locales conectados y apoyados por las TIC, los colectivos adquieren dimensiones regionales, nacionales y globales. Es decir, el mapa de la relación TIC y movimientos sociales se configura entre lo que las tecnologías permiten hacer, la manera de apropiarlas y usarlas (incorporándolas y rutinizándolas) y el discurso o práctica discursiva, es decir, el sentido propiamente político de los colectivos.

Ahora bien, el uso y apropiación de las TIC y la configuración de redes por parte de los movimientos sociales ha contribuido, junto con otros factores, al surgimiento de una esfera pública cualitativamente diferente. Frente al hecho de que hoy ya no existe una esfera pública ni unificada, ni atada a los medios de comunicación del Estado. Así, lo que aquí tenemos es la presencia de una esfera pública absolutamente novedosa, que convive conflictivamente con otras de carácter más tradicional gestadas principalmente en y por los medios masivos de comunicación de carácter privado.

Consideramos que las relaciones sociales en línea no se encuentran aisladas de las interacciones fuera de línea ni de las mediaciones culturales del mundo presencial; más bien, pensamos que ambas son el resultado de una mutua afectación, inscritas ambas en el campo amplio de la cultura y entre las cuales podemos encontrar tanto continuidades como rupturas.

Igualmente la introducción y uso de las TIC en la esfera pública no necesariamente significa más democratización, que el acceso a más información tanto global como local no implica automáticamente más poder político o mayor cualificación o calidad en la participación pública.

De instrumento a tecnología inherentemente política

En el nivel político, que es lo que ahora nos interesa,  podemos decir que la relación entre los artefactos y la política se encuentra constituida a partir de dos dimensiones. La primera hace referencia a la forma en que la tecnología –su diseño, producción, uso y apropiación– puede utilizarse para incrementar “el poder, la autoridad y el privilegio de unos sobre otros”. Utilización que va más allá de sus propósitos y usos aparentes para los que fue diseñada y producida contienen propósitos políticos implícitos o explícitos, conscientes o inconscientes. La segunda se refiere a lo que se denomina las “tecnologías inherentemente políticas”, las cuales son “sistemas hechos por el hombre que parecen requerir o ser fuertemente compatibles con los tipos particulares de relaciones políticas”. Este tipo de tecnologías están ligadas a maneras propias e institucionalizadas de ejercer poder.

Con respecto a la segunda dimensión, podemos afirmar que en tanto los movimientos sociales no son productores de tecnología, la relación que se construye pasa principalmente por la experimentación y la creatividad en los procesos de transferencia, uso y apropiación de la misma. Es decir, está en los propios movimientos definir la manera como las TIC se incorporan en sus rutinas, en el seno mismo de sus prácticas políticas.

Algunas de las constataciones de los autores hacen referencia a que el uso de las tecnologías ha dinamizado y fortalecido las prácticas políticas en dos áreas: el trabajo en red y las actividades de comunicación e información. Redefine las propias prácticas: rutinas de acción, dinámicas organizacionales, incorporación de hábitos, relación con el entorno, relación con el otro, prácticas discursivas. Esto es lo que puede estar sugiriendo tanto la comprobación de que los movimientos políticos y ciertas organizaciones se consideran, a partir del uso de Internet, medios de comunicación, como la situación inversa: colectivos o medios de comunicación virtuales que devienen organizaciones sociales inscritas en un movimiento.

Hacia la soberanía

No hay duda de que hoy las TIC son un campo de lucha, de que la esfera pública que de allí está emergiendo alberga una infinidad de utopías y que su control se vuelve estratégico. Esta pasa por el respeto a la diferencia en los entornos políticos tanto virtuales como presenciales, por el hecho de que el poder ejercido on line tenga solución de continuidad off line, por la transformación de ciertas prácticas políticas aún ancladas en jerarquías y exclusiones de diverso tipo, por la posibilidad de globalizar los procesos locales y regionales, y pasa, en fin, por el ejercicio de la soberanía de todos los marginados.

 

METODOLOGÍA

Cualitativa

CONCLUSIONES

En el hecho de que las tecnologías “inauguran mundos nuevos” estos usos y apropiaciones (instrumentalmente o no), transforman las prácticas de los movimientos sociales. Sus rutinas; sus formas organizativas; su relación con los otros, con los objetos mismos y con su entorno; sus prácticas discursivas, se ven transformadas.

Se desprende una especie de hipótesis: la comunicación se comienza a volver conscientemente política. Podríamos estar asistiendo a una especie de “giro comunicativo” que va del informacionismo a la construcción conjunta de sentidos.

No hay duda de que hoy las TIC son un campo de lucha, de que la esfera pública que de allí está emergiendo alberga una infinidad de utopías y que su control se vuelve estratégico.

Internet proporciona la base material que permite a estos movimientos movilizarse en la construcción de una nueva sociedad.

 

RAE ELABORADO POR:

Alejandro González Villalobos

24 de febrero de 2014

 

*Rocío Rueda Ortiz, Doctora en Educación, área de teoría, historia y filosofía, Universidad de  las Islas Baleares (España). Coordinadora de la Maestría en Investigación en Problemas Sociales Contemporáneos del IESCO, Universidad Central, e investigadora de su línea de Comunicación-Educación, clasificación A en Colciencias. Email:rruedao@ucentral.edu.co

 

*Carlos Eduardo Valderrama H, Sociólogo. Doctorando del programa sobre la sociedad de la información y el conocimiento de la Universidad Abierta de Cataluña. Docente/investigador del Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos de la Universidad Central, IESCO. E-mail: cvalderramah@ucentral.edu.co


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